Después de reflexionar in poco sobre la noticia que la reportera de TV Azteca, Inés Sáenz, sufrió trato indebido en el vestidor del equipo de futbol americano de los Jets, fue una situación desagradable pero no del todo sorprendente. Es preocupante que a estas alturas del nivel de profesionalismo que se ha logrado en los medios de comunicación con las mujeres en general, esto tuvo que sucederle a una reportera mexicana. Pero, tomemos esto en cuenta al analizar la situación; estaba la Señorita Sáenz adecuadamente representando su profesión con el atuendo que escogió llevar a un lugar en donde estaría rodeada por hombres? <?xml:namespace prefix = o ns = “urn:schemas-microsoft-com:office:office” />
La polémica que surgió de este evento ya no es el hecho de que si las mujeres pertenecen en los lockers de los jugadores masculinos, esto ya se decidió en las cortes americanas. Si tienen un lugar, y ese lugar, ya sea en la cancha, el campo o el estadio, es el equivalente a una oficina de trabajo para las reporteras. Aquí lo interesante es lo siguiente: determinar qué grado de decencia es necesario para poder desempeñar un trabajo y ser percibida como profesional.
Como mujeres, en realidad tenemos el derecho de vestirnos como queramos sin esperar que nos traten a la altura que representa nuestra vestimenta? Ya lo creo que no.
Creo que ha llegado el momento de encarar una situación que como pueblo nos afecta cuando somos percibidos como ridículos en el ambiente de los medios de comunicación extranjeros. Es de muy mal gusto y comportamiento poco profesional lo que ha estado sucediendo en los programas de televisión Hispana. Las mujeres en general se siguen usando de una manera indecorosa como lo podemos observar con las bailarinas en los programas de deportes. Que relevancia tienen una docena de mujeres vestidas en shorts y blusas entalladas en las trasmisiones de deportes, reportajes nacionales e internacionales? Agrega o demerita la seriedad con la que son aceptados estos programas en el extranjero?
Nos hemos quejado de la falta de respeto con la que nos encontramos ante otros países en los medios de comunicación. Pero, quien tiene la responsabilidad de asegurar que cierta forma de vestir represente no solo a la persona sino a la organización para la cual se está desempeñando un papel? Es una responsabilidad compartida, esto es cierto. Como cultura, es imperativo que nos demos cuenta que aunque seguimos tratando de sacudirnos de las mentalidades anticuadas que nos anclan a ser tercermundistas, seguimos quedando atrás con la mentalidad superficial que usamos en ciertos programas que influyen a la población en general.
Sin duda, solo nos respetaran a la misma altura que nos respetemos a sí mismos.
Empecemos por poner en un lugar más digno a nuestras mujeres, que sigan como reporteras pero elevemos la posición con el comportamiento y los atuendos apropiados. Parte de este comportamiento incluye la forma en la que nos vestimos para no provocar reacciones desagradables en el trabajo.
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